viernes, 30 de abril de 2010

1 de Mayo - Palabras de Georg Engel, ante el tribunal que lo condenó a muerte

"Es la primera vez que comparezco ante un tribunal americano, y en él se me acusa de asesino. ¿Y por qué razón estoy aquí? ¿Por qué razón se me acusa de asesino? Por la misma que tuve que abandonar Alemania, por la pobreza, por la miseria de la clase trabajadora. Aquí también, en esta libre República, en el país más rico del mundo, hay muchos obreros que no tienen lugar en el banquete de la vida y que como parias sociales arrastran una vida miserable. Aquí he visto a seres humanos buscando algo con qué alimentarse en los montones de basura de las calles.
Cuando en 1878 vine desde Filadelfia a esta ciudad, creía hallar más fácilmente medios de vida aquí que en Filadelfia, donde me había sido imposible vivir por más tiempo. Pero mi desilusión fue completa. Empecé a comprender que para el obrero no hay diferencia entre Nueva York, Filadelfia y Chicago, así como no la hay entre Alemania y esta República tan ponderada. Un compañero de taller me hizo comprender científicamente la causa de que en este rico país no pueda vivir decentemente el proletario. Compré libros para ilustrarme más, y yo, que había sido político de buena fe, abominé de la política y de las elecciones y aún comprendí que todos los partidos estaban degradados y que los mismos demócratas socialistas caían en la corrupción más completa. Entonces entré en la Asociación Internacional de los Trabajadores. Los miembros de esta Asociación están convencidos de que sólo por la fuerza podrán emanciparse los trabajadores, de acuerdo con lo que la historia enseña. En ella podemos aprender que la fuerza libertó a los primeros colonizadores de este país, que sólo por la fuerza fue abolida la esclavitud, y así como fue ahorcado el primero que en este país agitó la opinión contra la esclavitud, vamos a ser ahorcados nosotros.
¿En qué consiste mi crimen?
En que he trabajado por el establecimiento de un sistema social en que sea imposible el hecho de que mientras unos amontonan millones beneficiando las máquinas, otros caen en la degradación y la miseria. Así como el agua y el aire son libres para todos, así la tierra y las invenciones de los hombres científicos deben ser utilizados en beneficio de todos. Vuestras leyes están en oposición con las de la naturaleza, y mediante ellas robáis a las masas el derecho a la vida, a la libertad y al bienestar.
En la noche en que fue arrojada la primera bomba en este país, yo me hallaba en mi casa. Yo no sabía ni una palabra de la conspiración que pretende haber descubierto el Ministerio Público.
Es cierto que tengo relaciones con mis compañeros de proceso, pero a algunos sólo los conozco por haberlos visto en las reuniones de trabajadores. No niego tampoco que haya yo hablado en varios mítines, afirmando que si cada trabajador llevase una bomba en el bolsillo, pronto sería derribado el sistema capitalista imperante.
Esa es mi opinión y mi deseo...
... Yo no combato individualmente a los capitalistas; combato el sistema que da el privilegio. Mi más ardiente deseo es que los trabajadores sepan quiénes son sus enemigos y quiénes son sus amigos. Todo lo demás lo desprecio: desprecio el poder de un gobierno inicuo, sus policías y sus espías.
No tengo más que decir".
GEORG ENGEL
* Georg Engel,Alemán,50años,condenado junto a Parsons,Spies,Fielden,Schwab,Fischer y Lingg.

  El juicio constituyó una farsa. El Fiscal Grinnel, en su alegato, proclamó: 
“Señores del jurado: ¡declarad culpables a estos hombres, haced escarmiento con ellos, ahorcadles y salvaréis a nuestras instituciones, a nuestra sociedad!”. 
De este modo, el 28 de agosto de 1886, el jurado, especialmente elegido para aniquilar a los acusados, dictó su veredicto especificando que siete de los imputados -Parsons, Spies, Fielden, Schwab, Fischer, Lingg y Engel- debían ser ahorcados, y el octavo, Neebe, condenado a 15 años de prisión.

“La resistencia está decidida a tomar el poder”


Entrevista a Carlos Humberto Reyes, líder del FNRP de Honduras a 10 meses del golpe y a 90 días del nuevo Gobierno

“Porfirio Lobo, la nueva cara del mismo golpe”. El Frente Popular de Resistencia: la “fuerza política más grande”. “Contra la criminalización del movimiento popular”. Los retos actuales de la solidaridad internacional.

Desde mediados de 2009 Honduras vive una situación política extremadamente frágil. El golpe de Estado del 28 de junio contra el ex presidente Manuel Zelaya desembocó en elecciones consideradas como “ilegítimas” por un amplio sector de la ciudadanía. El presidente Porfirio Lobo que asumió su mandato el 27 de enero del año en curso no logró frenar la resistencia popular pacífica que estalló como respuesta al golpe, se generalizó en todo el país y continúa activa.
Síntesis radiográfica de la lectura de la realidad que hace Carlos Humberto Reyes, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Bebidas y Similares (STIBYS), uno de los principales representantes del Frente Nacional de la Resistencia Popular (FNRP) y ex candidato presidencial “independiente”. Reyes realiza desde la última semana de abril una gira europea que se inició en España. En Suiza está invitado por la organización SOLIFONDS (Fondo de Solidaridad para las Luchas de Liberación Social en el Tercer Mundo) y participará como principal orador internacional en varias actividades del 1 de mayo.
P: La comunidad internacional parece muy dividida con respecto al actual Gobierno hondureño. Una parte no lo reconoce. Otra sí. ¿Cómo lo interpreta el FPRN?
Carlos Reyes: Para nosotros es un gobierno ilegítimo, producto directo del golpe de Estado del año pasado. El presidente actual es una nueva cara del mismo golpe. No obtuvo ni el 30% de los votos y se registró una muy alta abstención. Lo que se pretende aplicar es el guión del Gobierno de los Estados Unidos, quien apostó a la hipótesis que toda la situación se resolvería con las elecciones. Pero éste no es el caso. Especialmente para muchos gobiernos latinoamericanos quienes ven lo que sucedió en Honduras como un nuevo proceso de agresión contra el continente y su institucionalidad democrática. Hay señales preocupantes: la instalación de una nueva base militar estadounidense, la segunda en mi país; las nuevas bases estadounidenses en Colombia; la continuidad de la base en Guantánamo... Signos de una militarización que hace recordar épocas pasadas.
Un golpe con trasfondo geopolítico
P: Es decir, según la resistencia, ¿la causa del golpe de junio pasado es esencialmente geopolítica?
C.R: Sí. El proyecto estadounidense de rearmar dos gendarmes en la región. Honduras en Centroamérica y Colombia en Sudamérica. Con el precepto claro de que “si no controlan América Latina, es decir su patio trasero, no podrán dominar el mundo”
P¿Cómo evalúa el programa del presidente Porfirio Lobo en sus primeros tres meses de nuevo Gobierno?
C.R: No existe un tal “nuevo” Gobierno. Para nosotros es, como lo dije antes, la nueva cara de la misma dictadura. Lo han querido presentar como un Gobierno de unidad nacional, de integración, abierto a una supuesta amnistía y que impulsaría la instalación de una Comisión de Verdad. Pero todo esto es falso. No puede haber unidad ni integración nacional a partir de elecciones adulteradas. Su visión de amnistía es para limpiar a los militares golpistas. ¿Para qué puede servir una Comisión de Verdad si ya ellos mismos se autoamnistiaron? Toda una política descarada. Y esto sin analizar lo que sucede en el plano económico y social. Una vuelta atrás de las conquistas que sindicatos, trabajadores, y otros sectores habían logrado durante el período del Presidente Zelaya.
P: Pero las autoridades hablan de una situación política institucionalizada...
C.R: La principal realidad es la de una resistencia que aumenta su fuerza, fortaleciendo la organización y movilización. Próximo gran desafío: recolectar hasta el 28 de junio próximo 1.150.000 firmas, exigiendo una consulta popular, una asamblea constituyente, reivindicación que constituyó el detonante para justificar el golpe del año pasado. La gente está entusiasmada con esta iniciativa.
La movilización, la resistencia, continúa activa. Organizamos seis grandes manifestaciones en ciudades importantes para el 1 de mayo.
La resistencia consolidada
P: ¿Todo esto indica, según su análisis, una resistencia fortalecida, a pesar de la represión?
R: No hacemos hoy una movilización por día como el año pasado. Pero la resistencia se ha generalizado en todo el país. Realizamos un trabajo serio de organización, concienciación y movilización. Seguimos denunciando el golpe e insistimos en la propuesta de la Constituyente. En caso que no lo logremos, veremos como participamos en un proceso electoral. No como resistencia, sino creando un brazo especial para esa coyuntura.
P: La resistencia hondureña constituyó una sorpresa para más de uno, dentro y fuera del país. ¿Cómo se explica la fuerza de la misma?
R: En realidad no nace el 28 de junio, de un día a otro. Nuestros pueblos vienen resistiendo desde hace más de 500 años. En su historia contemporánea Honduras fue utilizada siempre como base de las operaciones estadounidenses en el continente. Para agredir al gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz, en los años cincuenta. Como base operativa del intento de invasión contra Cuba en los sesenta. Desde la base de Palmerola, las administraciones estadounidenses promovieron la guerra contra el sandinismo y contra el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador, en los ochenta.
Sin embargo siempre existió un movimiento popular muy activo, que fue duramente reprimido, con muchos muertos, desaparecidos, etc. Hay una capitalización histórica de esa experiencia. Superamos las fracturas entre lo social y lo político. Y nuestro movimiento popular junta e integra esos dos aspectos. Y eso explica que en pocas horas, inmediatamente después del golpe de Estado de junio pasado, se haya iniciado un proceso magnífico de movilizaciones y de resistencia. 
P: ¿Hay algún sector predominante dentro de la resistencia?
R: No, contamos con una gran diversidad y una conducción horizontal, distribuida en cada región, poblado, barrio. ¿Cuándo se daban las movilizaciones contra el golpe y la policía atacaba, quiénes respondían y los hacían correr a los represores? Las “maras” (grupos juveniles). Un fenómeno muy importante con fuerte participación juvenil. Y también las mujeres. El movimiento sindical y los campesinos; los maestros y la empresa privada; los indígenas y negros... Los grupos de gays y lesbianas, quienes sufrieron muchos ataques y víctimas. En la medida en que se puedan mantener las alianzas tenemos la posibilidad de triunfar. Porque somos hoy la fuerza política más grande del país, decidida claramente a tomar el poder.
P: ¿Cuál es su prognosis sobre cómo va a continuar la dinámica política en un país tan polarizado?
C.R: Nosotros vamos a seguir promoviendo este proceso de consulta y de lucha por una asamblea constituyente que permita refundar la Nación. Sin cerrar la posibilidad de organizar un instrumento electoral más adelante. En cuanto a Porfirio Lobo, como en todos los casos históricos en América Latina de gobiernos débiles, se anticipa su fracaso. O es derrotado por el pueblo o deberá buscar una salida política.
Una última reflexión de cara a la comunidad internacional...
C.R: Nos preocupa mucho que se perpetúen en Honduras los crímenes contra miembros de la resistencia; las agresiones y asesinatos de periodistas independientes; las violaciones de derechos humanos. Es importante que la comunidad internacional no reconozca al actual Gobierno. Que los países de la Unión Europea no firmen el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica en las actuales condiciones que vive Honduras. Que la comunidad internacional, los organismos de derechos humanos ejerzan su presión. Que se pare la represión. Y sobre todo, que no se siga criminalizando la legítima protesta política y social, reacción directa contra el golpe y las elecciones ilegítimas.

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Reyes: un rostro de la resistencia
Carlos Reyes es una de las figuras más importantes del movimiento de resistencia que desde el mismo 28 de junio 2009 se opuso al golpe de Estado que destituyó al presidente Manuel Zelaya.
Participa en la dirección de la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación (UITA) en representación de Honduras y de su central sindical.
Fue uno de los promotores de las movilizaciones populares contra dicho golpe. Varias veces fue reprimido. Ha recibido numerosas amenazas.
En el segundo semestre de 2009, ante la perspectiva de una potencial normalización democrática, Carlos Reyes se presentó como candidato independiente a la presidencia de la República. A inicios de noviembre decidió retirarla, cuando el Frente Nacional de la Resistencia contra el golpe evaluó que no estaban dadas las condiciones para una contienda realmente inclusiva, participativa, democrática.
Por una solidaridad internacional activa 
“Tanto en Suiza como en España se organizó una agenda con representantes del Gobierno, personalidades políticas, dirigentes sindicales y de organizaciones sociales y no gubernamentales. Pude decirles, muy simplemente, que el “caso hondureño” no se ha resuelto. Y que la afirmación de que todo está normalizado a partir de las elecciones de noviembre es falsa. Venimos, especialmente, a actualizar la información real sobre mi país y la continuidad de la resistencia que ya no está en el primer lugar de la agenda política y mediática internacional...
Me siento satisfecho del encuentro con los cuatro representantes de la cancillería suiza. Aclaramos muchos puntos. Pudimos expresar nuestra lectura de la realidad actual. Y expresarles nuestro deseo de que Suiza mantenga la posición inicial contra el golpe de Estado. Hemos encontrado comprensión hacia nuestros argumentos. El hecho de habernos recibido expresa un reconocimiento oficial de parte del Gobierno helvético al Frente Nacional de Resistencia Popular...
En España los intercambios fueron muy positivos. El 23 de abril me reuní con Agustín Santos, jefe de gabinete de Miguel Angel Moratinos, actual Ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación. Emitimos un comunicado de prensa común que enfatiza que el Gobierno español no invitará al presidente hondureño a participar de la Cumbre de Presidentes de la Unión Europea y América Latina que se realizará el 17 y 18 de mayo en Madrid, “si no existe consenso de los países latinoamericanos sobre dicha invitación”. Y realmente es importante recordar que en América Latina hay muchos países que no reconocen al nuevo presidente y consideran las elecciones de noviembre pasado como ilegítimas...”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Un cuadro del poder concentrado

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-144925.html

sábado, 24 de abril de 2010

Gramsci y el genocidio armenio


 Por Osvaldo Bayer
Otro nuevo aniversario de uno de los mayores crímenes de la humanidad: el genocidio armenio cometido por Turquía. La muerte de miles y miles de niños, mujeres y hombres en manos de esbirros y de aquellos que se creían dueños de la vida y la muerte. Para recordar esto –como lo hacemos siempre para mantener la memoria de las injusticias y el terrorismo de Estado– reproduciremos hoy un hallazgo, un documento sobre ese genocidio, hasta hoy nunca publicado. Es un artículo sobre este tema del gran teórico político Antonio Gramsci, muerto en las cárceles de Mussolini. Uno de los pensadores más lúcidos del siglo pasado. Y más todavía, el artículo va con una presentación del escritor y periodista Emilio Corbière, quien nos dejó para siempre no hace mucho y quien fue el que hizo este verdadero hallazgo. Leamos primero a su presentador, Emilio Corbière, y luego la fundamental opinión de Antonio Gramsci:
“Antonio Gramsci y la cuestión Armenia”, por Emilio Corbière:
“Gramsci tenía 25 años cuando escribió su condena del genocidio armenio en el marco de una Europa conmovida por la guerra, pero ignorante de la terrible tragedia que vivían los armenios masacrados sin piedad por los turcos. Quien sería la mentalidad más esclarecida del marxismo occidental, político, pensador, periodista, organizador, demostró con su actitud franca ante el genocidio sus firmes convicciones humanistas.
“Bien pudo afirmar Benedetto Croce, en 1947, sobre el mártir antifascista Gramsci: ‘Recomendaba años atrás a los jóvenes comunistas napolitanos, armados de un catecismo filosófico escrito por Stalin, levantar los ojos a las estatuas que hay en Nápoles de Tomás de Aquino, Giordano Bruno, Tommaso Campanella, Giambattista Vigo y otros grandes pensadores nuestros y dedicarse a llevar la teoría comunista, si podían, a aquella altura y empalmarla a aquella tradición. Pero ahora les señalo no una estatua de mármol sino un hombre conocido en persona por muchos de ellos y cuyo recuerdo deberían mantener vivo por algo mejor que el vacuo sonido de su nombre: Gramsci’.
“De esa altura moral fue Gramsci, a quien, con acierto, Croce comparó con el Aquinante, con Bruno –también mártir– y con Vico. Es importante recordar esta página inédita del político y filósofo de izquierda, por dos razones. La primera, para destacar su ferviente humanismo; la segunda, porque el genocidio armenio todavía es una llaga lacerante en la historia de la civilización de nuestro tiempo.
“Cuando la mayoría callaba, o era indiferente, el joven Gramsci condenó el genocidio y llamó la atención desde una modesta hoja socialista regional, llamando la atención sobre el drama que culminaría con más de un millón y medio de armenios asesinados.
“Pocas voces se habían levantado contra la agresión desde fines del siglo XIX. Los franceses Anatole France y Jean Jaurès habían hecho escuchar sus demandas aisladas. También en el campo socialdemócrata alemán lo hicieron el judeoalemán Eduard Bernstein y la revolucionaria polaca Rosa Luxemburgo. Sin embargo, se trató de testimonios personales, aislados, sin ninguna fuerza como para llegar a la conciencia de los gobiernos y las monarquías europeas. El Papa romano, los líderes religiosos, los príncipes, los gobiernos republicanos, todos callaron.
“Bernstein, en su escrito, denunció que la mano criminal había sido turca pero que había complicidades de grandes potencias, entre ellas, Gran Bretaña. El renacimiento cultural y sociopolítico de los armenios a finales y principios de siglo estaba acompañado por un fuerte contenido nacional y revolucionario. Aseguraba que muchas cancillerías y políticos imperialistas creyeron ver el fantasma de la revolución socialista que venían anunciando los intelectuales y militantes de esa concepción en el centro de Europa y en el Este eslavo, y que la misma se podría producir en Armenia. En 1915 el drama culminó con el genocidio, sobre el cual los armenios reclaman ahora justicia y verdad.
“El 11 de marzo de 1916, en el semanario socialista El Grito del Pueblo, Antonio Gramsci, descendiente de italianos y albaneses, hace un llamamiento a favor de los armenios. El periódico había aparecido dos años antes y en la misma época que escribió su nota sobre los armenios, publicó, muy joven, su célebre trabajo ‘Socialismo y cultura’. Gramsci había nacido el 22 de enero de 1891, en el seno de una humilde familia de Ales, Cagliari, isla de Cerdeña. Se afilió muy joven al Partido Socialista Italiano y sus primeros trabajos políticos los editó El Grito del Pueblo. Posteriormente dio vida al órgano de las Juventudes Socialistas, La Ciudad Futura, y pasó a encabezar la posición de izquierda del PSI. En 1919, desde las páginas de L’Ordine Nuovo defendió los consejos de fábrica durante el proceso revolucionario vivido en el Turín rojo. Al año siguiente, convertido en líder e ideólogo del movimiento consejista, publicó su tesis ‘Por una renovación del Partido Socialista’.
“En 1921 encabezó con Bordiga y Togliatti, después del Congreso de Livorno, el Partido Comunista Italiano, cuya secretaría pasó a ocupar.
“Político, diputado, publicista, permaneció preso en las cárceles de Mussolini desde 1926, cuando fue detenido a pesar de su inmunidad parlamentaria, hasta su muerte, ocurrida el 27 de abril de 1937. El fiscal fascista, en su alegato, había afirmado: ‘Tenemos que impedir durante veinte años que este cerebro funcione’.
“Pero, a pesar de su martirologio, el líder comunista logró trascender su encierro con su firme conciencia de intelectual y político revolucionario. De esa época datan sus Cuadernos de la cárcel, que desglosados en seis volúmenes reúnen sus estudios sobre: El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, Los intelectuales y la organización de la cultura, El resorgimento, Notas sobre Maquiavelo, la política y el Estado moderno, Literatura y vida nacional y Pasado y presente.
“La importancia de Gramsci en el siglo XXI, especialmente para el socialismo en los países del Tercer Mundo, y, en general, para el mundo occidental, cada día se reafirma más.”

Una página inédita

A continuación, en forma íntegra, el artículo juvenil de Gramsci sobre la cuestión armenia, publicado en El Grito del Pueblo, el 11 de marzo de 1916:
“Es siempre la misma historia. Para que un hecho nos interese, nos toque, es necesario que se torne parte de nuestra vida interior, es necesario que no se origine lejos de nosotros, que sea de personas que conocemos, de personas que pertenezcan al círculo de nuestro espacio humano.
“En Padre Goriot, Balzac hace formular a Rastignac la siguiente pregunta: ‘Si cada vez que comiese una naranja, muriera un chino, ¿desistiría usted de comer naranjas?’. Y Rastignac responde más o menos lo siguiente: ‘Las naranjas están cerca de mí, yo las conozco, los chinos están tan distantes que no sé si realmente existen’.
“Tal vez nunca llegaremos a dar la respuesta cínica de Rastignac. Entre tanto, cuando vimos que los turcos masacraban a millones de armenios, ¿sentimos el mismo dolor agudo que experimentamos cuando somos testigos del sufrimiento y la agonía, o cuando los alemanes invadieron Bélgica? Es una gran injusticia no ser reconocido. Eso significa quedar aislado, cerrarse en el propio dolor, sin posibilidad de contar con el apoyo de afuera o de la comparación. Para una nación significa la desintegración lenta, la anulación progresiva de los lazos internacionales. Significa ser abandonado, quedar indefenso frente a los que no tienen razón, pero sí tienen espada y dicen cumplir un deber religioso a través de la destrucción del infiel. Así, en sus momentos más dramáticos, Armenia solamente recibió unas pocas expresiones verbales de conmiseración y de repudio a sus ejecutores. ‘Las masacres armenias’ se tornaron proverbiales, pero fueron apenas palabras que sonaron huecas y fallaron en configurar las imágenes de hombres de carne y hueso. Hubiera sido posible obligar a Turquía –dependiente como era de todas las naciones europeas– a no atormentar a quienes tenían como único deseo ser dejados en paz.
“Nada fue hecho, o por lo menos nada que produjese resultados concretos. Apenas Vico Mantegazzo citó, ocasionalmente, a Armenia, en sus prolijas divulgaciones sobre política oriental. La Primera Guerra Mundial levantó, una vez más, la Cuestión Armenia, más sin mucha convicción. Cuando Erzerum cayó en poder de los rusos la retirada de los turcos de los territorios armenios recibió en nuestra prensa menor espacio que el dedicado al aterrizaje del Zeppelin en Francia.
“Los armenios que están desplegados por Europa debían habernos hablado sobre su país, su historia, su literatura. Lo mismo que aconteció en Persia, ocurrió con Armenia. ¿Quién sabe que los grandes árabes (Avicena, Averroes y otros) son en verdad persas? ¿Quién sabe que casi todas las cosas que pertenecen a la civilización árabe son en realidad persas? O aún más, ¿cuántos de vosotros tenéis conciencia de que todos los esfuerzos recientes para modernizar Turquía se deben a los judíos y a los armenios?
“Los armenios deberían haber hecho conocer Armenia. Deberían haberla traído a la vida y a las mentes de los que la ignoran, que nada saben a su respecto y que por eso no le tienen simpatía.
“Alguna cosa está siendo hecha en Turín. Una revista llamada Armenia está siendo publicada, y a través de diferentes colaboradores se habla sobre el pueblo armenio: quiénes son, qué quieren, en qué se pretenden transformar.
“En ese proyecto, debe ser incluida la publicación de varios libros que introduzcan más persuasivamente y con mayor fuerza a la historia, la cultura, la poesía y la lengua del pueblo armenio.”
Hasta allí Gramsci. Siempre un adelantado. Siempre con los que sufren. Los argentinos, en los organismos internacionales, debemos luchar para que Turquía reconozca su genocidio en todos sus detalles. Nosotros, que en nuestro territorio ocurrió el nefasto método de la “desaparición de personas”, uno de los peores crímenes masivos de la historia de la humanidad, la llamada “muerte argentina”, tenemos ese deber de conciencia.

domingo, 18 de abril de 2010

Reyes de la hipocondría


17-04-2010 / Cómo es el fabuloso negocio de las publicidades que le dan rango de enfermedad a sensaciones como la angustia o la tristeza. el rol de los laboratorios, los médicos y los medios masivos de comunicación.
Por Julia Ferrer
sociedad@miradasalsur.com

Ya no existe la tristeza. Tampoco hay niños inquietos, ni ancianos seniles, ni timidez, ni angustia, ni hombres flexibilizados que se tiran en la cama y dicen “esta noche no, querida”. ¿El mundo se volvió perfecto? Ni siquiera. Es sólo que en los últimos años los estados de ánimo dejaron de ser lo que eran –momentos del alma– para transformarse en enfermedades. La Fobia Social, el Síndrome de Déficit de Atención (Adhd), el Alzheimer, los ataques de pánico y la disfunción eréctil son algunos de los nuevos nombres para los viejos humores. Y no se curan con paciencia, descanso o tratamiento psicológico, sino con pastillas. Una batería de píldoras que transformó a la clásica neurosis en la principal fuente de ingresos de la industria farmacéutica y que puso en alerta a la comunidad médica mundial, a tal punto que el British Medical Journal (BMJ), una de las más prestigiosas publicaciones médicas internacionales, se vio obligada a dar una señal de alerta: en un artículo advirtió que los laboratorios –con la ayuda de los medios, las publicidades y los médicos– tenían y tienen como principal objetivo convencer al máximo de personas posible de que necesita medicarse. La nota –titulada Vender malestar: la industria farmacéutica y el comercio de la enfermedad– comienza con una frase significativa: “Hay mucho dinero por hacer si se dice a la gente que está enferma”. 

“Los laboratorios no venden remedios: venden enfermedades o pseudoenfermedades –coincide Mónica Moreno Galaud, médica desde hace 44 años, homeópata desde hace 31 y profesora titular de la Asociación Médica Homeopática Argentina–. No todo olvido ni toda vejez es Alzheimer, ni toda angustia se cura con un Rivotril, ni toda mujer menopáusica tiene osteoporosis. Lo alarmante es que, cuando una persona toma una medicación que no es necesaria, puede morirse. Es así de grave. Los laboratorios ponen a circular información producida por ellos, la gente se autodiagnostica buscando en internet, y después consume remedios para curar esa supuesta enfermedad que tiene, con  los riesgos que eso conlleva”.

Dame más. Reales o inventados, los problemas de salud generan fortunas. Un estudio de la encuestadora Price Waterhouse Coopers, titulado Farma 2020, la visión: ¿Qué pastilla tomarás?, estima que en el año 2020 el mercado farmacéutico mundial moverá 1,3 billones de dólares anuales. En nuestro país, los registros más recientes no llegan ni a los talones de esa cifra, pero sí dan cuenta de un aumento en las ventas. Los últimos datos dados a conocer por el Indec –correspondientes al primer semestre de 2009– informan que las 75 empresas vinculadas al sector farmacológico facturaron 5.529.315 pesos en seis meses, un monto casi idéntico a la facturación anual en el año 2005 (lo que significaría que, grosso modo, en cuatro años se duplicó el consumo). Esta información no incluye al mercado paralelo –ilegal– de comercialización de medicamentos, que según el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Químicos mueve más de 500 millones de pesos anuales. En cualquier caso, los medicamentos que tuvieron el mayor incremento fueron los destinados al Sistema Nervioso Central (aumentaron un 176% respecto del 2005), un “rubro” en el que se inscribe buena parte de las “enfermedades” de diagnóstico polémico, como los Ataques de Pánico, la Fobia Social, el Adhd o el Alzheimer. 

Una encuesta de la consultora Ricardo Rouvier & Asociados da una explicación probable de por qué se venden tanto las pastillas para el SNC. Según el relevo, la amargura, la angustia y la tristeza son las sensaciones predominantes (55,9%) entre 535 personas encuestadas en Buenos Aires. Si esos estados de ánimo se leen como “enfermedades”, puede aventurarse por qué el consumo de estas píldoras está en auge. Ahora bien: ¿Cómo convencer a una persona de que no está angustiada, sino que tiene un ataque de pánico? Las formas de instalar una enfermedad serían similares a las de colocar cualquier otro producto en el mercado (ver recuadro) y formarían parte de un circuito de propaganda lícito. Para la industria, si el consumidor compra el producto luego de verlo publicitado, eso es parte de una etapa posterior que no incumbe a los laboratorios, sino a la relación entre médico y paciente. 

En Argentina, uno de los casos más llamativos en lo que refiere a construcción y difusión de enfermedades ocurrió en 2003 cuando empezó a verse en televisión una publicidad donde se mostraba a una mujer mayor sufriendo un olvido. “Tu madre –se leía, mientras sonaba un fondo de guitarras tristes– no se acuerda las fechas/ se olvida los nombres/ y las caras / entonces/ el que está distraído/ sos vos/”. La propaganda estaba firmada por la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (Alma). Ese año, el diario Clarín sacó 40 artículos que aludían a la enfermedad, cuando el año anterior había publicado unos 20. Y en Estados Unidos voceros de distintas asociaciones de enfermos aseguraban que el incremento en el número de pacientes con Alzheimer haría colapsar los sistemas de salud americanos. Pero contra todo mensaje apocalíptico, estaban los números: sólo el 0,5 por ciento de la población mundial tenía (y tiene) Alzheimer. Y sólo el 1,1 por ciento de los argentinos lo padecían (y padecen). ¿A qué se debía el estallido mediático? A que Novartis, el laboratorio que vende las drogas contra la enfermedad, estaba por lanzar una nueva pastilla. “Ese año, con esa publicidad quedamos preocupados porque se desató una paranoia generalizada –recuerda el neurólogo Ignacio Brusco, director del Centro de la Enfermedad de Alzheimer de la facultad de Medicina de la UBA–. Fue una campaña compleja, que básicamente proponía que si tenés un solo síntoma (olvido) tenés Alzheimer. Y lo cierto es que el diagnóstico del Alzheimer necesita tiempo, imágenes y gastos sanitarios. Pero eso no se entendió. En los hospitales estábamos desbordados y encima los consultorios se nos llenaron con pacientes sanos.” 
 

Cancún o la enfermedad. La primera campaña de salud polémica se dio en la década del ’80 con el Prozac, el primer medicamento que se valió de los medios de comunicación para dirigirse a sus potenciales usuarios y dejar a los médicos relegados a un segundo plano. Con la llegada del Prozac se empezó a hablar de “depresión”. Del mismo modo, en los ’90 se instalaron discursivamente la “fobia social” y los “ataques de pánico”, dos trastornos que en lo inmediato encontraron su cura: el clonazepán (cuya marca más conocida es el Rivotril), el Aurorix (un antidepresivo contra la fobia social) y el Seroxat (“la píldora contra la timidez”). El último de la lista es el Paxil, una pastilla para el “trastorno de ansiedad generalizada”. Para septiembre de 2001, en Estados Unidos las publicidades del medicamento mostraban los ataques a las Torres Gemelas y proponían tratar “esa ansiedad” con la ingesta de “esta píldora”. 

El marketing es el rubro en el que más invierten los laboratorios. Incluso supera al de “investigación médica”. En la web de la comisión de Valores de la Bolsa Estadounidense, hay un artículo llamado Beneficiarios del dolor. Dónde va el dinero, donde se detalla que los laboratorios destinan el 27% de sus ingresos al marketing, el 19% a los gastos administrativos, y el 11% a la investigación. Como muestra basta una píldora: Phyzer, el laboratorio que inventó el Viagra, invirtió 32.259 millones de dólares en marketing y cinco mil millones en investigación. ¿Por qué es tan importante el marketing? Marcia Angell, periodista y médica egresada de Harvard, da una respuesta en su libro La verdad acerca de la industria farmacéutica. Cómo nos engaña y qué hacer al respecto. Allí explica cómo los laboratorios tienen su mayor negocio en lanzar variaciones “menores” de drogas ya existentes, a las que Angell llama “drogas yo también”. Uno de los problemas de estos remedios es que, como son iguales a otros medicamentos, es difícil que el público quiera pagar precios altos por ellos. Por eso, la industria gasta fortunas en marketing, algo que luego se traslada a los precios. La estrategia funciona. Según Angell, la industria farmacéutica obtiene un 17% de beneficio neto, mientras que las multinacionales más potentes del planeta suelen tener una rentabilidad que ronda el 3%. 

Para Daniela Gutiérrez, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), este auge medicamentoso tiene una explicación principal: la salud hoy se transformó en un commodity, entró en la lógica del mercado. “El cuerpo enfermo es un interrogante para la ciencia y para la industria farmacológica y su mercado. Los laboratorios se dieron cuenta de que el mejor propagandista médico es el paciente –explica Gutiérrez–. Hay un estilo muy americano que es el awareness, el “dar alerta”: el concepto de que nadie mejor que usted, consumidor, puede detectar la enfermedad. Hay una democratización del diagnóstico que permite que cualquier persona sepa detectar la propia dolencia. Y con este mecanismo nuestra cultura ha medicalizado no sólo la enfermedad sino que paulatinamente ha avanzado hacia la medicalización de la salud, la reproducción, la sexualidad, el envejecimiento y hasta la muerte.” Gutiérrez sostiene que la salud entró en la categoría de “producto”.Y algo de eso pudo intuirse un par de años atrás, cuando la publicidad de una medicina prepaga planteó las cosas sin eufemismos: “¿Cuánto se paga una apendicitis?” preguntaba un locutor en off. Y luego daba la respuesta: “Lo mismo que una semana en Cancún”.

sábado, 17 de abril de 2010

Comunicación


 Por Sandra Russo
La comunicación es algo inevitable. Nada ha impedido, desde el principio de nuestra especie, que en las circunstancias más adversas las personas hayan logrado comunicarse. Uno de los ejemplos más potentes es el lenguaje nushu, de las mujeres de Human. El lenguaje secreto de esas mujeres chinas, vigente a lo largo de mil años, se extendió a los abanicos y a las vendas que llevaban ellas en los pies, fracturados en la infancia por sus propias madres para impedir que crecieran. Aquellas criaturas torturadas, asimismo verdugas de sus hijas, sometidas atrozmente a un régimen de desprecio de género, crearon un lenguaje que alcanzó los 700 caracteres: imágenes que bordaban en las vendas de sus pies y a través de los que se comunicaban entre ellas. No podían hablar en público ni salir de sus casas. El nushu floreció antes que nada en las gargantas: comenzaron cantando pequeños quejidos agudos de pájaros enjaulados. En 2004 murió la última mujer china que conocía el nushu. Los hombres nunca pudieron descifrarlo.
Recuerdo ahora el libro de Alberto Trotta, preso político de la dictadura de Lanusse, en el que cuenta cómo en Coronda, estando incomunicados en un penal hombres y mujeres en pisos distintos, hallaron la manera de establecer contacto a través de las tuberías de los inodoros. Uno imagina a esos pequeños grupos de hombres y mujeres, cada uno en su piso, arremolinados alrededor de los inodoros por la madrugada, celebrando las noticias que iban y venían por la tubería y después los chistes y las canciones. Llegaron a reproducir un carnaval carioca en una noche de éxtasis.
El acto de comunicación es un impulso vital que nos acompaña y que convive con la conciencia de estar solos dentro de nuestras pieles. La comunicación rompe el aislamiento, rompe la pulsión de Apolo, borra a ese sujeto solo remando en su propio bote, sin posibilidad de tocar o ser tocado por la realidad de los otros en sus botes.
La comunicación pertenece al otro reino, el de Dionisio, el del vino, acaso porque el contacto con los otros nos desequilibra y nos pone en búsqueda de otros equilibrios. Lo que es estable en nosotros, se tambalea al contacto con otros. Los otros son los que nos ayudan a dimensionar, a confirmar, a dudar. Trastabillamos entre ellos. O mejoramos. Lo que nos pasa con ellos es una forma de nosotros mismos.
Desde hace ya un tiempo largo, a propósito de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en la Argentina se habla de medios y de información. Vivimos en Sociedades de la Información, que últimamente se han vuelto Sociedades de la Desinformación. No es un problema argentino; el contexto mundial es el que pone sobre el paño a la información y la interroga. El contexto, que es el del capitalismo globalizado, le pregunta a la información: ¿De qué me informa? ¿De qué me desinforma? ¿Hacia dónde me inclina? ¿Quién me lo dice? ¿Por qué me lo dice? ¿Por qué dice esto y no otra cosa? ¿Cuáles de todas esas otras cosas que no me dice son relevantes y cambiarían mi perspectiva sobre alguna cuestión? ¿Soy libre ante esta información? ¿Tengo herramientas para darme cuenta de si es falsa o artera? ¿Y si solamente es trivial? ¿Cómo encaja esta información en toda mi otra información, la que ya tengo? ¿Y de dónde saqué toda esa información que tengo? ¿De la misma fuente? ¿Hay otras?
Nada detendrá la crítica sobre la información, como en décadas pasadas la publicidad fue puesta en discusión y de ese debate la publicidad salió resignificada: lo publicitario perdió su inocencia, y aunque se sigan vendiendo autos con mujeres hermosas, los clientes al menos aspiran a otras mujeres así de hermosas, no a la chica del aviso.
Mi primer impulso hacia la comunicación fue en plena dictadura y en plena adolescencia. Un día me dijeron que dos chicos que pasaban por la calle hacían una revista. Nunca se me había ocurrido eso: que se podía “hacer” una revista. Yo creía que las revistas eran todas como Gente o 7 Días, que me eran indiferentes. Los seguí a esos chicos. No los conocía, pero esa misma noche estábamos en un bar de la estación, charlando. Era la época de las revistas contraculturales, y las hubo por docenas en los barrios. No lo sabíamos. Ningún medio reflejaba ese fenómeno, de modo que cada grupo de adolescentes, en sus barrios, creía que era necesario “hacer” revistas.
Eramos los hijos del silencio que había dejado otra generación. Uno no tenía lenguaje ni discurso. Pero así fue que no estuvimos solos. Escribiendo, fotocopiando, abrochando, vendiendo una revista muy olvidable, salvo por haber sido, generacionalmente, un primer gesto de comunicación y resistencia.
La ley de medios trae un espíritu desconocido en la Argentina hasta ahora. El ánimo multitudinario de emitir mensajes para que otros puedan recibirlos, incorporarlos, asimilarlos, y para que los sumerjan en el mar desconocido de su propia información. Lo que esos otros nos digan, los mensajes que lleguen, traerán noticias sobre otras maneras de entender el mundo. Esa es la comunicación. Un intercambio de fluidos simbólicos.
La ley de medios revoluciona este statu quo de emisores impunes o movidos exclusivamente por un criterio comercial. Hay un oleaje frondoso de mensajes y una línea horizontalizada entre receptores y emisores que aguarda por nosotros. Para todos los que la hemos reclamado desde hace tantos años, para los que ahora la defendemos, esta ley hace tanta justicia que es imposible que la Justicia no lo vea.

El salario del miedo

http://www.elargentino.com/nota-85875-medios-123-El-salario-del-miedo.html

viernes, 9 de abril de 2010

GARZON


Por Eduardo Galeano


El juez Baltasar Garzón se sienta ahora en el banquillo de los acusados. El ha amenazado la impunidad de los ladrones de los fondos públicos y ha perturbado la paz de los ladrones de la memoria colectiva.

El Tribunal Supremo, cumbre del sistema judicial español, no disimula su decisión de condenarlo. De los quince miembros de este tribunal, diez han llegado a sus cargos jurando fidelidad al Generalísimo Franco. Y no lo olvidan, para que no se diga que ellos niegan el derecho de recordar.

¿Hasta cuándo la Justicia seguirá persiguiendo a los justos? ¿Hasta cuándo la Justicia seguirá siendo injusta?

Héctor Tizón, que mucho sabe de historia y de Justicia, suele advertir que la Justicia condenó a Sócrates y a Jesús, que fueron los dos hombres más justos de toda la historia de la humanidad.

miércoles, 7 de abril de 2010

No hables con extraños


Por Manuel Barrientos *
Caminamos por las calles con el ceño fruncido y la mirada atenta, con los sentidos en estado de alerta, ante un peligro desconocido pero siempre acechante. Los espacios de comunicación e interacción hoy parecen ser zonas de frontera, en las que el otro se nos aparece como alguien lejano, de quien debemos desconfiar.
No hay que hablar con extraños. Hay que avanzar y avanzar. Detenerse en el otro implica el riesgo de exponerse a ser asaltado. O, peor aún, de encontrar una mirada que nos devuelva, en esos otros ojos, aquello que no queremos ver y que nos hace temer.
Aislados, los individuos colocan rejas y alarmas con el objetivo de controlar su incertidumbre. Son voluntades atomizadas, portadoras de miedos incomunicados entre sí, cuyo horizonte se disuelve donde terminan sus propiedades.
Estamos regidos bajo una estrategia de encerramiento con dos polos. Prolifera la construcción de condominios y countries, donde las clases medias y altas se amparan de los crecientes “peligros externos”. Al mismo tiempo, con un reclamo de esos mismos sectores que se produce por oleadas, aumenta el número de detenidos en las cárceles.
El sistema penal parece apuntar con claridad a un determinado sector de la población. Según un informe de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense elaborado en 2005, el 61 por ciento de las personas detenidas en esa provincia tiene entre 18 y 30 años. Y el 67,84 por ciento se encuentra detenido por los delitos de robo, hurto y sus tentativas.
Y, sin embargo, el mutuo encerramiento provoca mayor sensación de inseguridad.
La estigmatización del otro se traslada a la geografía urbana. Hay lugares que –desde la mirada de las clases medias y altas– se declaran no sólo inhabitables sino también decididamente intransitables, en los que es mejor “no meternos”, de los que tenemos que huir.
Las zonas intermedias entre el trabajo y la casa son espacios que hay que recorrer con apuro y ligereza. Los autos se vuelven cada vez más rápidos y los vidrios se tornan cada vez más oscuros. El miedo impulsa la velocidad.
La esfera del mercado también tiende al encierro a través de los shopping center. El poder de policía se refeudaliza: el Estado cede el ejercicio de la vigilancia y el control a los agentes privados contratados por los propietarios de countries y centros comerciales.
Crece la tendencia a refugiarnos en lo uniforme, en lo homogéneo. La educación también sufre la avanzada privatizadora. Los institutos de formación pública pierden espacio como herramienta potencialmente igualadora y los estudiantes se distribuyen en parcelas infranqueables de acuerdo con su poder adquisitivo.
Las nuevas tecnologías contribuyen, muchas veces, al refugio en la mismidad. Mientras transitamos por los espacios públicos, con nuestros celulares nos comunicamos con “los nuestros” y eludimos la mirada de “los otros”.
Ese aislamiento aumenta el desconocimiento de lo que está afuera, de lo que no es igual a nosotros. Y esa incomunicación creciente genera más miedos y actúa como un círculo perverso que –en la medida en que los puentes con lo distinto se desploman– se torna cada vez más frenético, porque tiende a retroalimentarse. Vivimos paralizados por la sospecha permanente, temiendo a algo que no sabemos muy bien qué es.
“Cuidate.” Con esa frase nos despedimos de amigos y familiares. Ya no hay más “buena suerte” o “abrazo o besos a los tuyos” o la promesa de un “nos vemos” como saludo de despedida. Simplemente, “cuidate”.
Los muros, el aislamiento del otro y el encerramiento propio, la opacidad de los vidrios, permite al “nosotros construido” no ver el sometimiento que sufre el extraño. Es necesario estigmatizar al otro, aislarlo y encerrarlo (en villas periféricas o en cárceles), para perpetuar la asimetría y, al mismo tiempo, restaurar la comunidad del “nosotros” en base a esa diferencia con el otro.
Esa desigualdad también genera miedo a que los demás nos perciban como diferentes y nos expulsen como nosotros expulsamos al diferente. Sentirse parte de una comunidad que expulsa y aglutina las identidades, como señala Alicia Entel en su libro La ciudad y los miedos. La solidaridad comunitaria se recupera a través de la elección de un enemigo común. La condena del otro permite sentirse parte de una comunidad: ponerle nombre y rostro a la inseguridad atenúa la angustia.
Tal vez es el momento de preguntarnos qué posibilidades cotidianas generamos para la comunicación con los demás. Es decir, qué estrategias colectivas podemos darnos como sociedad para romper ese círculo perverso que se alimenta del desconocimiento y la incomunicación.
* Licenciado en comunicación UBA.

domingo, 4 de abril de 2010

Papel Prensa y el silencio de los cobardes

Aquellos jóvenes alfonsinistas que en 1983 gritaban “somos la vida” hoy son la afonía. ¿Tanto vale una nota favorable en TN, Radio Mitre o Clarín?

En cambio la barbarie peronista -como le corresponde a su historia no siempre ni feliz ni pacífica- ha decidido clavar el cuchillo y reventó lo peor de la dictadura. Ya se huele esa fetidez que emana del tumor que aun cargamos en nuestras entrañas surgido de la sangre, tortura, muerte, que como toda protuberancia política va apagando con el dinero y el poder de ciertos medios las partes sanas del cuerpo social
Curioso país donde hemos juzgado todo salvo a los civiles cuyo poder se construyó desde el horror. Me refiero al robo de Papel Prensa y al origen de los hijos de alguien que seguro no es Ernestina Herrera de Noble.

Nos apesadumbran los periodistas. Ese gremio que supo ser el contralor del poder y que hoy sus principales referentes se arrastran fregando con sus palabras el poder intacto de aquellos que le prestaron elegancia y glamour a la picana eléctrica y los vuelos de la muerte.
¿Recordaran los dos Ricardos (Kirscbaum y Roa) a los periodistas de Clarin asesinados por quienes entregaron Papel Prensa a sus patrones?
Se los recuerdo, Pedro Barraza, Conrado Ceretti, Daniel Daroqui, Luis Guagnini, Jorge Hariague, Enrique Raab, Edgardo Sajón y Paco Urondo.

Realmente apenan los periodistas. Debería ser obligatorio en las escuelas de periodismo que los aspirantes leyeran el siguiente texto que Joaquín Morales Solá escribió a fines del 2002:
"Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas, en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría"

"Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo. Sea cual fuere el antecedente biológico de sus hijos, lo cierto es que los crió con la devoción y el cariño de una madre"

Para Morales Solá si sus patrones se encariñan con el botín tienen impunidad para robar… Al Capone estaría de acuerdo.

A los aspirantes a escribas que puedan emular un texto similar se les debería prohibir el periodismo. Ese texto es el resultado del periodismo que surge con el robo de Papel Prensa. Ese es el periodismo que triunfa cuando los dueños de los medios aceptan comprar bienes de un detenido desaparecido que tiene una picana eléctrica en sus genitales.

Morales Solá no es el único, tampoco el peor, apenas el más conocido.

Frente a los aullidos que pegan desde Clarin los dos Ricardos (Kirschbaum y Roa) mientras empujan a la redacción a firmar notas que ni escribieron ni leyeron, sus colegas de La Nación guardan ese silencio tan aristocrático como indigno frente a cada escandalo que los involucra.

Papel Prensa es tan de Clarin como de La Nación, aunque juzgando la inteligencia de los socios es facil pensar que Magnetto era más creativo que Bartolomé Mitre a la hora de pensar patrañas.

Desde hace un tiempo el abogado Adrián Ventura intenta desde su columna periodística en La Nación explicar lo ilegal de la actual democracia. Tal vez a Adrián le interese dejar de lado por un día sus denuncias sobre la falta de legalidad del gobierno y preguntarle a sus patrones por Rafael Ianover, Pedro Martinez Segovia Y Manuel Campos Carlés.
De los tres, Ianover cometió un error imperdonable en la época en que se apropiaron de Papel Prensa. Ianover nació judío y por eso pasó 16 meses preso sin proceso.

Rafael Ianover era director de Papel Prensa y un excelente contador público. En cambio Pedro Martinez Segovia que era el Presidente de Papel Prensa jamás fue molestado. Había una razón, Martinez Segovia, que trabajaba de presta prestigio era el primo y socio de José Alfredo Martinez de Hoz.

Mientras Rafael Ianover pasaba de cárceles clandestinas a cárceles ordinarias su esposa recibió la visita de Manuel Campos Carlés, abogado del diario La Nación y la familia Mitre para convencerla que acepte dinero a cambio de unas acciones de David Graiver que Ianover tenía en custodia. La esposa de Ianover, Hilda, se negó aduciendo lo obvio, que las acciones no les pertenecían.

Me imagino la sorpresa del descendiente del creador de la antisemita Liga Patriótica recibiendo una lección de moral de una judía, esposa de un preso político. Puedo imaginarme a Campos Carlés frente a la valiente Hilda Ianover recordando las palabras de su pariente pronunciadas, casualmente en el centenario de la Patria:
“Si hay extranjeros que abusando de la condescendencia social ultrajan el hogar de la patria, hay caballeros patriotas capaces de presentar su vida en holocausto contra la barbarie para salvar la civilización”
Ahora en el Bicentenario me pregunto ¿quién ultrajó la patria y quién fue capaz de presentar su vida en contra la barbarie?

Tal vez Adrián Ventura podría preguntarle a Bartolomé Mitre el sentido de presionar a la esposa de un rehen de la dictadura para obtener un bien financiero.

En la redacción de Clarín tiene cierto prestigio quien se dedica a la investigación de la corrupción. Son tapas vendedoras…
Daniel Santoro es el referente de ese estilo de periodismo en Clarín.
¿Por qué no investiga Papel Prensa?

Santoro firmó el sábado pasado, junto a sus compañeros, una nota diciendo que Lidia Graiver participó de una asamblea de accionistas en Abril de 1977. Se sabe que fue forzada a ir mientras su familia permanecía en una carcel clandestina. ¿Porqué Santoro tan ducho en investigar al poder no marca el interno de Héctor Magnetto y le pregunta?

Hace unos años Daniel Santoro ganó el prestigioso premio María Moors Cabot por su trabajo de investigación periodística. Acudí a la ceremonia realizada en la Universidad de Columbia en Nueva York. Esperé que en su discurso haga algo más que agradecerle a sus jefes. Esperé, en vano, que se avergüence recordando lo que su patrona dijo en 1981 cuando mi padre ganó el mismo premio: ““Tengo el deber moral de expresarle mi disidencia con la decisión de esa universidad de entregar este año el premio Moors Cabot al Sr. Jacobo Timerman Considero que tal distinción puede interpretarse como un aval a la intolerancia ideológica que ha hecho mucho daño a la marcha del proceso democrático en mi país”.

¿Se referirá a esa defensa de “la marcha del proceso democrático en mi país" cuando Morales Solá dice que la señora Ernestina Herrera de Noble “crió a esos chicos con la devoción y el cariño de una madre…” ¿Morales Solá pensará en Gertrudis, la madre de Hamlet, cuando describe una buena mami?


Héctor Timerman
Embajador argentino en los Estados Unidos

Fuente : Telam 4/4/10
http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=182487&id=348820&dis=1&sec=1

sábado, 3 de abril de 2010

Burbujas de sal

Paso a paso

Sin título


 Por Luciano Sanguinetti *
Desde hace un tiempo vengo postergando esta nota. Corrido muchas veces por otras actividades pero también a causa de la vorágine peligrosa en la que se han metido los medios y los periodistas. Proceso que se parece mucho al de los perros que desesperados corren tratando de morderse la cola.
Hace algunas semanas vengo pensando en Víctor Hugo Morales y su feroz pelea por la sensatez en medio de este carnaval de locos en el que los parámetros de lo que hasta hace poco, en la cultura profesional, se llamaba hacer buen periodismo se han trastrocado asombrosamente. No pienso que haya una única manera de hacer buen periodismo ni que ese buen periodismo se defina en términos ideológicos. Pero lo cierto es que hoy una parte de los profesionales parece haber entrado en una especie de guerra de vanidades, de sobreactuada guerrilla, en donde los criterios de jerarquización informativa y relevancia social de las noticias se ven vapuleados en orden a ver en cuánto lo que hacen puede perjudicar a tal o cual sector político, como si fueran ya los periodistas, actores principales de la contienda, metidos hasta el cuello en sus respectivas trincheras, sin pensar en lo que hay en el horizonte ni a quiénes sirven sus disparos. Esa nota se iba a llamar “La secta de los sensatos”. Y parafraseando un viejo cuento de Borges imaginaba a unos pocos sabios tratando de poner un poco de cordura en medio de fanatismos de toda laya, en una Babilonia tan argentina como insensata. Víctor Hugo ejercía en ese imaginario ensayo la virtud de la moderación que paradójicamente se volvía un arma revolucionaria.
Después pensé que era más interesante referir la forma en que los medios, en particular Clarín y La Nación, casi hacen “desaparecer de la esfera pública” el proyecto sobre la despenalización del aborto que impulsa un número importante de legisladoras de casi todo el arco ideológico, sin que esa noticia apareciera mencionada, apenas si quieren, en un minúsculo recuadro en la última página de sus diarios, ni en los flashes de sus radios, ni en los noticieros de sus canales de aire, ni en los programas periodísticos de sus señales de cable, ni en sus repetidoras, ni en sus portales de la web, ni en sus exposiciones rurales, ni nada, nadie, nunca, parafraseando al viejo Saer. Esa nota se iba a titular “¿Qué hacés, Estela, tanto tiempo?”, con su vaga inspiración carvereana. Porque en medio de la nota recordaría que una de las impulsoras del proyecto se llama Estela Díaz, quien fue una de mis compañeras de secundario y delegada eterna del curso, siempre al frente de todo, con la sonrisa de siempre, ahora en el centro de la tapa de Página/12.
Más tarde pensé que debía dejar de hacer sociales a través de los diarios, e imaginé que era más útil usar este espacio para referirme a cómo se está desarrollando el relevamiento de medios por parte del viejo Comfer, hoy Afsca, sobre las frecuencias de radio y televisión de todo el país, para ordenar de una vez por todas, como corresponde, sin parámetros de corto plazo, el espectro radioeléctrico y el seguramente desenfrenado, arbitrario, centralista, criterio con el que se distribuyeron las frecuencias de comunicación en el país desde tiempos inmemoriales.
Pero en medio de todo esto leí una nota en Perfil.com, en donde un periodista escribe una crónica sobre su visita furtiva al estudio donde se emite el programa 6,7,8 de Canal 7. Allí, más allá de ser una crónica de banalidades, lo que se observa es que el periodista se siente como un espía que ha cruzado las filas enemigas.
Entonces, la pregunta que me hice mientras escribía fue: ¿hasta dónde? ¿Qué tipo de ética está gobernando el ejercicio profesional de informar y comunicar? ¿Por qué nadie dice no, esto no lo hago? Si hubo en algún momento necesidad de demostrar que la concentración de los medios en pocas manos era un peligro para el funcionamiento de un sistema democrático en un pequeño país sudamericano, lo que está pasando nos exime de más pruebas. ¿Imaginen si el dueño de ese monopolio, por la razón que fuera, se volviese loco? Después pensé si no era yo el que estaba entrando en la misma vorágine. Entonces dejé de escribir finalmente, y abandoné la nota así, sin título.
* Docente e investigador de la FPyCs de la UNLP.

Lo profundo en Macri

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-143163-2010-04-03.html